Esta iniciativa tiene como antecedente la red Europea Migrantour, consolidada a partir del 2010 en Italia de mano de ACRA y Viaggi Solidali, con la necesidad de abordar la multiculturalidad de las ciudades europeas, empoderando a las personas migrantes y conectando a la ciudadanía y visitantes de esas localidades. Dichas rutas interculturales se basan en la experiencia y el conocimiento adquirido a través de la formación de rutas guiadas por agentes de la comunidad para poner en valor la riqueza y la diversidad cultural que presentan ciudades como Turín, Milán, Lisboa, Bruselas, Marsella, París o Barcelona.
En la actualidad, el proceso de Diversitours se desarrolla en los barrios bilbaínos de San Francisco, Bilbao La Vieja y Zabala, con la colaboración de la asociación KOOPS 34. Y, en el caso valenciano, en Els Orriols, con la colaboración de València Acull. El proyecto está financiado por el Consejo de Europa y liderado por el Ayuntamiento de Bilbao, con colaboración del de València, donde, de manera respectiva, seleccionaron a Koops34 y a València Acull, por su implantación, para coordinar las formaciones y el buen desarrollo de dicha incitativa.
Diversitours València cuenta con la presencia de ocho vecinos y vecinas de Orriols, de distintas nacionalidades: Senegal, Colombia, Mauritania, Marruecos Venezuela, Brasil y España. El proyecto busca formar guías interculturales a favor de nuevas narrativas y actitudes en torno a la migración, hacer visible la presencia de los nuevos vecinos,potenciando el empoderamiento de personas que apuestan por una ciudadanía tolerante, crítica, inclusiva e intercultural. Asimismo pretende contribuir a la lucha contra los estereotipos negativos, el discurso de odio, el racismo y xenofobia y el auge global de extremismos. También promueve el reconocimiento de la convivencia y diversidad intercultural.
Destacamos en València cuatro partes del proceso: 1) selección y formación del grupo; 2) estudio por parte de la Universitat de València, entrevistas, sistematización y presentación del informe “Memorias colectivas y la diversidad cultural”; 3) preparación de las rutas por parte de los integrantes del grupo y visitas a sitios emblemáticos del barrio; 4) realización de los recorridos pilotos para recibir feedback, ajustando las aportaciones y quedando a la espera de los recorridos oficiales.
Es así como el pasado sábado 30 de octubre se realizó dicha prueba, visitando nueve sitios destacados que involucran patrimonio, el habitar diario del barrio y la lucha vecinal. Se contó con la participación de 30 personas de diversas edades, género y nacionalidades.
El recorrido elegido (Itinerario A) partió de la plaza de la Ermita, símbolo de la lucha comunitaria. Acto seguido caminamos por las casas bajas y llegamos al Centro Cultural Islámico. De estos dos últimos puntos, se conocieron aspectos de su historia.
Posteriormente, abordamos los siguientes tres puntos: València Acull, el agujero de la vergüenza y el comedor social El Puchero. Por un lado se destacó la labor de dichas entidades y, por otro, el retraso tardío de inversiones en muchas aéreas. Eso sí, quedó patente la presencia de un potente tejido vecinal que lucha por la dignificación del barrio. En esta parte del recorrido se pudo observar la “arquitectura” del conjunto de edificios, reconociendo los déficits urbanísticos en el sector, sus pocas zonas verdes, la gran densidad de población y la existencia de pisos pequeños, pocos ventilados, sin ventanas, sin ascensor y poco rehabilitados.
Finalizamos el recorrido visitando los últimos tres puntos: monasterio de San miguel de los Reyes, la Universidad Popular y el Centro Municipal de Juventud. Estos dos últimos, junto al edificio nuevo, conforman el conjunto correspondiente a la Alquería Albors, testimonio de arquitectura musulmana en nuestro barrio, tanto en su fachada como al interior, donde una de sus casas alberga un molino de al menos medio siglo de vida.
Las observaciones por parte de los asistentes fueron positivas, recibiendo sugerencias para seguir afinando las rutas interculturales: remarcar el proceso de degradación de la huerta, trabajar el tema de comercios y, en lo posible, hacer una parada para tomar algo en alguno de los bares del barrio, así como sumar más colectividades, ya que la diversidad es muy amplia en Orriols.
